La uva Chardonnay tiene un origen bien definido, la Borgoña francesa. De ahí se ha distribuido por todo el mundo, siendo la blanca más extendida y la segunda más cultivada. La adaptabilidad a diferentes suelos y climas la han convertido en una de las más distribuidas a nivel mundial. Te explicamos más detalles acerca de esta uva y de los vinos que se obtienen a partir de ella.
Una de las características más destacables de la uva Chardonnay es su adaptabilidad. Por ejemplo, puede soportar temperaturas bajas en invierno y altas en verano. Mientras la tierra no sea excesivamente húmeda o seca en demasía, la vid da siempre su fruto.
No sólo se adapta a muchos tipos de clima, también lo hace en diferentes suelos. Aunque necesita un buen drenaje, es posible hacerla crecer en tierras muy diferentes en cuanto a composición mineral y orgánica.
Esta capacidad para adaptarse tiene influencia directa en el sabor, el aroma y la textura del vino. En base al clima y al suelo, la misma uva puede mostrar grandes diferencias. Conociendo la procedencia del fruto se puede intuir cómo será el vino a su paso por boca.
En las zonas frías y con relativa humedad, suele dar vinos con poco cuerpo, de gusto ácido y con matices frutales muy frescos, como la manzana verde o la ciruela. El aroma es suave y aromático. En los casos en los que el vino está verde, el sabor puede resultar excesivamente ácido y la textura ligeramente áspera.
En los lugares más fríos se suele utilizar una técnica, llamada fermentación maloláctica. Para llevar a cabo este proceso se añaden bacterias de origen láctico. Estas reducen el gusto ácido, mejorando su calidad. Además del sabor, también cambia la textura. Convierten caldos muy ligeros en otros más densos y mantecosos.
En zonas cálidas los vinos de Chardonnay continúan siendo frutales y moderadamente ácidos. Pueden encontrarse matices a cítricos o a melón. Si el cultivo es en una zona con muchas horas de sol se hacen más densos, pueden recordara a plátano, piña o mango, entre otros.
En Amprius elaboramos algunos vinos a partir de uva Chardonnay. Guardamos las mejores añadas para que puedas elegir y disfrutar de los sabores y matices de cada una. En todos los casos sometemos el fruto a procesos muy similares. Cuidamos con mimo cada paso para garantizar que cada copa de sea un verdadero deleite en el paladar.
Cultivamos la uva Chardonay en los campos de la Comarca del Matarraña (Matarranya), en el Bajo Aragón Turolense. Aquí las condiciones son ideales; baja humedad en el ambiente, tierra fértil y mucho sol. Además, controlamos y regulamos la producción, para que no se desvirtúe. Sometemos la vid a un riguroso proceso de producción extrema, limitado a 1,5 kg de fruto por cepa.
Para recolectar las bayas elegimos el mejor momento, durante la noche. Al ponerse el sol la temperatura baja y es entonces cuando recogemos el fruto. Así logramos que la fruta no se marchite por el calor o los rayos del sol.
El transporte se realiza con frío seco y lo más rápido posible, así reducimos el proceso natural de fermentación hasta que llega el momento oportuno.
El tratamiento de la uva se realiza en varias fases. Esta elaboración ralentiza el proceso, pero garantiza la calidad del producto, otorgándole el máximo sabor y todas las propiedades de la uva.
Tras la fermentación se deja terminar el ciclo de elaboración del vino en depósitos de acero inoxidable, sin prisa. En ellos se mantiene la temperatura óptima y se evita la contaminación, que puede alterar el sabor y la calidad del producto.
Tras concluir el proceso de elaboración, el vino es embotellado. Estas botellas se dejan madurar en la bodega por un periodo más o menos largo. Pasado este tiempo de reposo sacamos el producto a la venta.
Estos son algunos de los procesos que llevamos a cabo para la elaboración de nuestros vinos Chardonnay. Los procesos de fermentación son naturales, así que lo único que encontrarás al descorchar una botella es mosto de uva fermentado.
La madurez que alcanza la uva en la cepa es gracias a los nutrientes del suelo y el sol de nuestra tierra, Teruel. Al ser recogida en el momento óptimo, los azúcares naturales y las levaduras propias de la fruta se encargan de la fermentación. Así garantizamos un producto exquisito y de la máxima calidad.
El cultivo de la uva Chardonnay por lo general se realiza para obtener vinos frescos y afrutados. Si la uva madura correctamente, el vino será limpio, de color dorado y con reflejos verdes. Puede llegar a ser largo en boca si la uva se vendimia en el punto óptimo de maduración.
El sabor frutal se da en todos los casos, siendo más fresco o más goloso dependiendo del clima de ese año, del punto de madurez de la uva al tiempo de la recolección y de la posterior crianza. Los aromas son frutales al inicio y se van tornando más especiados y dulces a medida que se oxigenan.
Estos vinos son perfectos para tomar acompañados de entremeses, arroces, verduras, pescados blancos o en salsa y carnes blancas. También son ideales para tomar solos, a cualquier hora del día.
La mejor tierra para el cultivo de la Chardonnay es aquella que tiene niveles considerables de magnesio, fósforo y nitrógeno. Soporta bien el viento y las bajas temperaturas en invierno, aunque agradece que no sean prolongadas y que llegue pronto el calor.
La uva es empleada también para otros vinos, como crianzas, espumosos, vinos dulces, licores… Esta es otra de las razones de por qué se utiliza tanto en todos los países. Es una uva perfecta para casi cualquier elaboración.
Conseguir nuestro vino es muy sencillo. Tan solo tienes que entrar en la tienda online de Amprius y hacer un pedido. También es posible que encuentres algunas de nuestras botellas en otras tiendas colaboradoras.
Si necesitas más información o quieres plantear cualquier cuestión relacionada con nuestros vinos, utiliza la sección de “Contacto”. Nuestro departamento de atención al cliente responderá a todas tus preguntas.
Vino Blanco
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