La uva Syrah se asocia directamente con el Valle del Ródano, en su vertiente francesa. Se cree que desde ahí se distribuyó por todo Europa primero y al resto del mundo después. En cuanto a su origen real existen grandes lagunas. Se especula sobre su llegada desde el Oriente Próximo, de la ciudad antigua de Shiraz, en Irán, donde se produce tradicionalmente el vino shirazi. Esto explicaría su nombre. También se piensa que pudo ser exportada desde Siracusa en Sicilia. Ahora, cómo llegó a Marsella primero y al Ródano después, es un misterio aún sin desvelar.
La uva Shyrah es una de las cinco más plantadas en el mundo. Su capacidad para dar buenos vinos es la razón principal de por qué se parecia a nivel mundial. Sus características la hacen perfecta tanto para caldos jóvenes como para crianzas.
Las cepas de esta uva son especialmente resistentes, lo que ha permitido una amplia distribución por gran parte del planeta. Además, se adapta a diferentes tipos de suelo, por lo que se puede encontrar plantada en casi cualquier zona del territorio nacional. Eso sí, aunque necesita sol y buen drenaje, como es el caso de nuestra tierra, es sensible a la sequía y necesita más atenciones que otras.
El tamaño de la baya oscila entre pequeño y medio, dependiendo del tipo de cultivo y las propiedades del suelo. Es de grano redondo e imperceptiblemente ovalado. Los racimos son abundantes, aunque no excesivos, si bien se limita la producción para obtener todas sus propiedades.
La pulpa carece de pigmentación y es relativamente jugosa, especialmente cuando está madura. Su sabor es peculiar, alejado de la uva de mesa, aunque perfecto para dotar de un gusto maduro y agradable a los vinos, aún en el caso de los jóvenes.
La piel es dura y de fuerte coloración negra azulada, por lo que el mosto extraído es de color intenso y empleado en ocasiones para enriquecer vinos pobres en pigmentos. Además, como característica adicional es muy rica en pruina.
La pruina es una capa blanquecina que recubre el pellejo de algunas variedades. En ella se alojan muchas de las levaduras que favorecen la fermentación. Esto es perfecto para realizar una fermentación natural, sin necesidad de añadidos y para la crianza sobre lías. Además, son muy digestivas, caraterística que se confiere al vino.
El color de los vinos Syrah es muy intenso. Es rojo oscuro, aún en los caldos jóvenes. Esta peculiaridad lo convierten en uno de los más vistosos y sugerentes. Entran por la vista primero, por los aromas después y por su peculiar sabor al final.
En cuanto a los aromas, están muy relacionados con el sabor. En nariz se presenta potente, un preludio de lo que será el sabor. Aunque sí es frutal, las que evoca son maduras o silvestres de baya negra. Es una de las diferencias con otros, que cuando son jóvenes recuerdan a fruta fresca o tropical.
Como ya se ha dicho, la uva Syrah tiene un sabor especial. Es una baya perfecta para la elaboración de vinos carnosos y elegantes. En los más jóvenes, su paso por boca recuerda, en consonancia con el aroma, a bayas negras, potentes y ligeramente ácidas. También tiene matices a chocolate negro y especias intensas, como la pimienta negra.
En el caso de vinos con crianza, el gusto que adquiere recuerda a hongos y, muy sutilmente, a vainilla. También puede recordar a cuero o ahumado en los casos de las crianzas y reposos más largos. Tiene un carácter propio, por lo que, aún criándolo en barrica, los matices amaderados no impregnarán el sabor.
El recuerdo en boca es largo e invita a espaciar las tomas. Es un vino para disfrutar con tranquilidad, solo o acompañado de alimentos potentes de sabor, como quesos maduros, carnes rojas, parrillas o potajes. Es también agradable combinarlo con unas onzas de chocolate negro.
Los campos de cultivo de Amprius se distribuyen a lo largo de la Comarca del Matarraña (Matarranya), situada en el Bajo Aragón Turolense. Ahí cuidamos con mimo todas nuestras variedades, entre las que se encuentra la uva Syrah.
Ya desde el principio controlamos la producción en la cepa, eliminando parte del fruto. Así evitamos la baja calidad que produce el exceso de bayas con poca pulpa, insípidas y con demasiada piel. Además, vendimiamos tras la puesta del sol y transportamos los racimos con frío, pero sin humedad.
Los mostos obtenidos con esta uva han de estar bien cuidados. El alto contenido en taninos de la variedad Syrah puede derivar en vinos ásperos si no se trata la uva correctamente. El proceso de estrujado es vital para que esto no ocurra. Por eso lo realizamos con mucho cuidado. Una presión innecesaria puede resultar en el exceso de sustancias amargas diluidas en el mosto.
Haciendo bien las cosas, como a nosotros nos gusta, los taninos del vino Syrah son suaves y muy agradables en el paladar, con un perfecto toque de acidez, en absoluto amargos. Al mover el líquido en la copa y a su paso por la boca se nota que es un caldo con cuerpo, con extracto seco elevado, muy sabroso y estable en el paladar.
Además de intensos, nuestro vino con Syrah es de gusto largo, con recuerdos que se prolongan en el paladar. Una delicia para tomar solo o acompañado de alimentos con potencia de sabor. Aquí tienes un ejemplo del que puedes degustar en Amprius.
Para obtener una de nuestras botellas de Syrah, tan solo tienes que entrar en la tienda online de Amprius y solicitar tantas cajas como necesites. No es la única variedad con la que trabajamos, también tenemos vinos de cosecha propia con Garnacha, Chardonnay o Gewürztraminer, entre otros. Pruébalos todos.
También puedes encontrar algunas de nuestras botellas a la venta en otras páginas web. Si tienes dudas sobre nuestros distribuidores o quieres trabajar con nosotros, puedes consultarnos todo aquello que necesites saber desde la sección “Contacto”.
Vino Tinto
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